Que el jerga del mundo de los seguros no te complique, entérate aquí lo que debes saber sobre algunos de los términos y conceptos más empleados
Ya consideraste optar por una póliza de seguro que te brinde la tranquilidad y confianza que necesitas y que además sea ese soporte ante una necesidad en específica como lo pudiese ser tu salud o la de tu familia, no obstante, más allá de encontrar el plan que se adapte a tus requerimientos y sea perfecto para ti, lo más probable es que te surjan interrogantes sobre algunos términos propios de esta área y que claramente pueden prestarse a confusión.
En principio, y en este tema específicamente; en el mundo de los seguros al momento de contratar una póliza, participan tres figuras: tomador, asegurado y beneficiario, si bien, parecen ser la misma persona, las obligaciones y derechos preestablecidos en el contrato pueden ser diferentes y pese a que pueda resultar algo complejo para comprender, aquí les explicaremos cuál es el papel de cada una de ellas.
- El Tomador (contratador), es aquella persona con razón social natural o jurídica, quien firmará el contrato con la compañía de seguro y por tanto es quien renovará y tendrá la obligación de pagar las cuotas estipuladas.
Del mismo modo, su figura tiene la obligación de informar cualquier tipo de cambio que pueda afectar el seguro contratado. El tomador, es la persona que puede solicitar cualquier cambio en la cobertura de las personas que figuren en el contrato, también es quien directamente puede realizar cualquier reclamo y oponerse a la renovación.
- El asegurado (a quien cubre el seguro), es la persona que estará protegida en la cobertura de la póliza que se ha contratado.
- El beneficiario (quien recibe), es la persona que recibe el dinero –indemnización- en caso del fallecimiento del asegurado.
En este punto, es importante dar a conocer que hay dos situaciones en la vida real que pueden ocurrir:
- La primera es que el tomador y el asegurado pueden ser la misma persona.
- La segunda, el asegurado y el tomador pueden ser diferentes, tal es el ejemplo de padres e hijos. Papá o mamá son tomadores e hijo el asegurado.
Lo mismo puede ocurrir en el caso de una persona jurídica, quien como empresa puede contratar una póliza de seguro para empleados.
Una vez que los clientes estén decididos en adquirir una póliza de salud y vida –como por ejemplo-; el asesor de seguro le brindará toda la información sobre los usos y beneficios del mismo, en este documento –contrato- se menciona claramente que ante el deceso del asegurado, el beneficiario previamente designado por el tomador, podrá recibir una indemnización, que este caso puede ser su pareja o sus hijos.
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Fuente: MWG – Allianze