Mantener una postura corporal correcta se ha convertido en una tarea difícil para la mayoría de los seres humanos y más en estos tiempos donde el teletrabajo y el uso excesivo de los dispositivos móviles permiten que esto suceda con mucha más frecuencia que antes.

Ciertamente desde que somos niños, hemos oído en retiradas oportunidades a nuestros padres decirnos: “siéntate correctamente”, “enderézate” o  “párate derecho”, esto solo por citar algunas de las tantas órdenes del día y comprendiendo que se siguen escuchando reiteradamente no solo por razones visualmente estéticas y sino por nuestro bienestar físico y funcional.

Una buena postura es igual a una buena salud.

De acuerdo con los argumentos y estudios de especialistas en el área, una correcta alineación del cuerpo ayuda a evitar el exceso de presión sobre las articulaciones, los músculos y la columna vertebral, lo que alivia el dolor y disminuye las probabilidades de sufrir una futura lesión.

Cuando te enfocas en mantener una buena postura obtendrás beneficios tales como:

1.- Mejorar considerablemente la respiración: cuando arqueas tu columna  reduces el flujo de aire a tus pulmones, pero al enderezarte aumentas el consumo de oxígeno hasta en un 30%.

  1. Aumentar la confianza: mantener una a buena postura mejora la autoestima y nos brinda más confianza en nuestros propios pensamientos.
  2. Reducir el estrés: si te sientas erguido cuando estás lleno de tensión, eliminas las emociones negativas. Cuando mantienes una buena postura tendrás una mayor autoestima, más entusiasmo, mejor estado de ánimo y menos temor.

Una mala postura conlleva a padecer una serie de problemas

Cuando mantienes una postura corporal incorrecta, podrás padecer molestias desde cabeza hasta los pies.

  • Dolor de cabeza. Una mala postura puede hacer que los de la parte posterior de la cabeza, del cuello, de la parte superior de la espalda y de la mandíbula se tensen, provocando así una presión sobre los nervios cercanos y desencadenar lo que se conoce como: cefalea tensional.
  • Dolor de espalda y cuello. Pese a que el dolor y la tensión en la espalda y en el cuello pueden deberse a lesiones y a otras afecciones, la mala postura es un factor frecuente que influye. El dolor de espalda y de cuello puede ser crónico y puede disminuir tu calidad de vida, aunque rara vez la ponen en peligro.
  • Dolor en los hombros.  La tensión, la debilidad o el desequilibrio muscular asociados con una mala postura, pueden provocar que los tendones y músculos que rodean los hombros se irriten y produzcan dolor y limitar la capacidad para poder llevar a cabo actividades diarias.
  • Dolor mandibular. Tener una postura con la cabeza inclinada hacia adelante puede tensionar los músculos, generando dolor y fatiga además de dificultad para abrir la boca, dolores de cabeza y dolor de cuello.
  • Fatiga y problemas respiratorios. Una mal postura posturales puede reducir la capacidad pulmonar, generando una respiración dificultosa, fatiga y falta de energía, lo que puede afectar tu productividad general.

Cuando te centras en mejorar tu postura, percibirás los cambios en pro de tu bienestar, previniendo padecer afecciones como las que te mencionamos y mejorando considerablemente tu calidad de vida.

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Fuente: MWG – Ciencia al día  – Asociación Americana de Psicología